viernes, 4 de noviembre de 2011

Conclusión

El desarrollo del estudio del Universo ha sido una constante en nuestra evolución histórica y la mayor parte de los países del mundo han hecho aportaciones importantes, lo más aparente sin embargo ha sido el vertiginoso uso de las nuevas tecnologías, las que han permitido estudiar no sólo los cielos desde la Tierra sino que el hombre, ingenioso, ha lanzado sondas a través del espacio, satélites alrededor de la Tierra, sondas lunares y planetarias, e incluso nos hemos atrevido a enviar mensajes a la espera de una respuesta extra solar y sondas que viajan hoy en día fuera del Sistema que nos alberga, lejos de la luz y el calor de la estrella que nos da la vida.
La majestuosidad del cielo nocturno nos ha atraído durante miles de años con la esperanza final de que se nos revele una razón para nuestra existencia en este lugar. En nuestra búsqueda hemos reunido incontables mitos y explicaciones, y en nuestras historias en común, relatadas en antiguas religiones, ritos paganos e incluso las extraordinarias cavilaciones de Edgar Allan Poe, hemos intentado reunir significado y conveniencia a partir de un mundo en apariencia arbitrario, peligroso y sin propósito.
Desafortunadamente, las historias que en algún momento fueron persuasivas terminaron siendo insatisfactorias. Conforme pasó el tiempo las nuevas herramientas de observación presentaron nuevas configuraciones, nuevas explicaciones que dieron lugar a nuevas reflexiones. Y en tanto las nuevas teorías fueron reemplazando a las viejas, el basurero llamado “supersticiones” se atascó un poco más, con un mito desmentido compactado sobre otro.
Sin embargo, el poema en prosa de Poe, “Eureka” resulta curiosamente profético; escrito un siglo antes de la era moderna de la cosmología, la obra presenta una visión de la historia cósmica que sorprende por su actualidad. Es intrigante el hecho de que en los tiempos de Poe no se conociera alguna evidencia para apoyar la visión moderna de nuestro origen o expansión. ¿De dónde obtuvo los conceptos de una “Partícula primordial”, de una “Simplicidad” final a la estructura de la materia y de una “sucesión de Universos”, tan similares a las teorías actuales del big bang, de la física de las partículas y de los universos múltiples?

Como punto de partida di por sentado, simplemente, que el comienzo no tenía nada detrás o delante, que era un comienzo de hecho...”
“(…) ¿No estamos más que justificados cuando alimentamos la creencia (…) de que los procesos que nos hemos atrevido a contemplar se renovarán una y otra vez eternamente? ¿Que un nuevo universo irrumpe a la existencia y luego se hunde en la nada, a cada latido del Corazón Divino?
Edgar Allan Poe, Eureka: un poema en prosa, 1848

En la revelación de la fotografía del Campo ultra profundo del Hubble en 2004,  ofreció una perspectiva moderna a la tarea de fomentar las reflexiones: Todas las grandes culturas cuentan con historias acerca de la creación. Tenemos una profunda necesidad de comprender nuestro pasado: de dónde provenimos y hacia dónde vamos. Tenemos la gran fortuna de vivir en una época en la cual nos podemos ocupar de las preguntas más profundas de la ciencia acerca de la vida. Esperamos que cuando la comunidad astronómica estudie por completo esta imagen se nos revelen los secretos del origen de las estrellas y las galaxias y, en última instancia, de nosotros mismos.

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